1. Que Emilio Aragón no manda tanto en Globomedia como pensamos, porque un payaso nunca haría algo como eso y menos en una serie que ven niños.




2. Que ya que pienso en Gobomedia y Emilio Aragón, puede ser que en el fondo les gusten las cosas trágicas, pues no hay más que recordar la conmoción que causó la muerte de Marcial en Médico de Familia.




3. Que, de ser así, hay que tener cuidado con el resto de ficciones de la productora, y más ahora que se están esforzando en crear un estilo completamente nuevo (y absurdo) de televisión que mezcla lo más duro de los dramas y lo peor de la comedia (Los Hombres de Paco o Gominolas, ¿os suenan?). Y con esto quiero decir que, si hace poco confiaba en que tuviesen los detalles y el desenlace de El Internado atados y bien atados, ahora no me sorprendería nada un final (si alguna vez lo tiene) bastante malo. Espero que no.

En fin, para quien no lo viese (aunque tuvieron buena audiencia, supongo que por la curiosidad de la gente y porque, como he dicho, no echaban nada más), el final de Los Serrano consistió en que Diego (Resines) se da cuenta de que lo ha hecho todo mal en la vida (a saber: después del lío entre Fran Perea y... y... la que hacía de mujer de Camarón en la peli, los hermanos medianos -Teté y Guille- también se enrollan y encima el hermano pequeño acaba en la cárcel ¿? por haber atropellado al churrero del barrio ¿¿??). En fin, que Resines se desespera y en vez de acabar con otro infarto en el corazón o algo de eso, la solución mágica que quieren inculcar los de Globomedia, autoproclamados reyes de la ficción familiar, es que cuando a uno le pase esto lo mejor que puede hacer es tirarse desde un puente de la Castellana.

Y por si esto no fuera poco, en una magistral vuelta de tuerca, tenemos finalmente a Resines volviendo al primer episodio, consciente de haberse tirado, y reviviendo su historia desde el día en que se casó con Lucía. Vamos, que nos dieron a entender que estos años han sido un sueño o que el paraíso, para él, es volver a ese punto.

Sea como sea, no me parece un final digno en absoluto. Cerrado sí, pero digno no.

De todas formas, en esta fórmula que os digo, la de mezclar drama y comedia, las escenas finales fueron absolutamente cómicas... Supongo que no es lo que pretendían, pero, ¿qué era si no el ver a los niños bien creciditos intentando parecer pequeños? Y sobre todo, ¿por qué ese pijama raquítico para Curro?

Os dejo con las imágenes de todo...