• Mientras que las series americanas no tienen problemas y de hecho buscan con ahínco el enfocarse a un target específico (mujeres, jóvenes, etc.) las españolas quieren abarcar lo máximo posible y por eso es conocida su afición por incluir gente de todas las edades en sus series (y no sólo Globomedia, que conste).
• En las series españolas los protagonistas son gente normal, y cuanto más normal y corriente parezca, más éxito tiene. Los americanos, sin embargo, pueden tener vidas increíbles y seguirán gustándonos, quizás porque seguimos viéndolos tan lejanos que hagan lo que hagan nos parecerá de otro planeta asi que, cuanto más surrealista sea, mejor (¿por qué si no triunfa Sexo en NY y nunca molaría Sexo en Madrid? -al margen de ese esperpento que intentó Ana Obregón-).
• En EEUU hay algunas historias que son sencillas (un grupo de amigos, por ejemplo) pero los guiones hacen que merezca y mucho la pena verla, sus diálogos sustentan la serie y lo hacen con mucho arte. En España eso no es lo normal, es preferible tener malos diálogos pero tramas súper enrevesadas (un médico pijo viene de trabajar en América a un barrio pobre, unos policías muy torpes acaban siendo secuestrados, infiltrados, asesinados y disgustados entre ellos porque uno de los mejores amigos del protagonista se enrrolla con su hija menor...).
• En Estados Unidos, en definitiva, no hay miedo a innovar, e incluso a herir sensibilidades, dentro de una sociedad tan puritana como la suya y en España a veces es demasiado goloso copiar o lanzarse a una idea descabellada en vez de arriesgar un poco de dinero en un producto sencillamente bueno.

Por cierto, gracias a Chica de la Tele, cuyo artículo me inspiró esta idea (parece que estoy recogiendo un premio o algo) y os sugiero ver el siguiente monólogo de Goyo Jiménez donde establece diferencias entre los americanos y nosotros.