Bienvenidos a la gala de...
LOS PELOS ENCHUFE
(de los mismos creadores de: Me cago en la moda juvenil)
Hoy tengo bastante que estudiar así que voy a volver a mis costumbres mañaneras de escribir mi opinión sobe una gala de OT que, como hace ya unas semanas, le deja a una bastante indiferente.
- La gala, así, en general: Si la semana pasada será recordada en el tiempo por "la de los fallos en el sonido", en ésta, desde luego, las peluqueras se han lucido (mal día para recomendarnos Pantene style, chicos). Hasta Risto, que pocas veces me defrauda hizo algún comentario al respecto, y Sandra (la poligonera de OT) dijo más tarde que con ese pelo que le habían puesto se parecía a Antonia dell'Atte.
- Amancio, no queremos ningún clon de... (esto es mi pequeño homenaje a Carmeron de El diablo viste de Zara). Menudas ropas las de ayer, como siempre. Los únicos vestidos que se salvaban eran los de Anabel y Sandra. El resto, empezando por el de Virginia (se empeñan en hacerla parecer siniestra sólo porque tiene la cara blanca) deberían guardarlos para la hoguera de San Juan.
- Las actuaciones: Que Mimi siga sin estar nominada es un milagro por el que ella debería hacer después el Camino de Santiago como agradecimiento. Qué triste que las mejores canciones de la noche fuesen las de los dos nominados, y eso sólo hace que odie un poco más a Noelia.
- Los nominados: Lo acabo de decir. Menos mal que a Manu no le echan de ahí ni con agua caliente. Además, así, como buen fan de OT, vive la experiencia completa. Y Noelia, ¡fuera ya! Tengo la teoría de que si sus amigos no la hubieran salvado la semana pasada, se hubiera salvado Anabel (o Iván, me da igual) y ella estaría, a estas horas, en su casa... O en el logopeda, aprendiendo a hablar, o trabajando de verdad, aprendiendo humildad, o simplemente ensayando sus dotes teatrales, empezando por su fuerte: "Cómo aprender a llorar cada vez que me nominan para que me salven mis compañeros, luego mis profes y después otra vez mis compañeros".
- Anabel, we will miss you: Y además de verdad. Yo la veía una de las ganadoras, o finalistas como poco... Ahora, por eso de la paridad, la única chica que se llevará este honor será su amiga Sandra, así que pueden estar contentas al menos por ese lado. Anabel no merecía salir pero estoy muy segura de que algún productor ve en ella una folclórica que puede atraer a la juventud. A ver si es verdad y no la perdemos de vista. Por cierto, que Anabel ya ha logrado algo importante y es crear moda, gracias a ella España se ha llenado de quinceañeras con sus moños y sus pañuelos feos de toda la vida anudados a la cabeza cual obrera fashion. Eso, y los aros de oro, que no falten.
- Risto, y no digo el jurado... Bueno, sí, hoy digo el jurado: Risto estuvo en su línea de los últimos tiempos. Está excesivamente rancio y no mola que exagere tanto. La peleita con Pablo no moló demasiado, porque éste se dejó demasiado en evidencia contestando tan mal y luego la cosa se desinfló (eso por istos, por poner publicidad en ese preciso momento). Pero la atracción de verdad estuvo con lo de Coco Comín. El momento que todos estábamos esperando, su evaluación a Iván, la confesión de que se conocen y luego resulta... ¡que si fuera por ella Iván seguiría siendo un secundario en cualquier musical! Yo he desarrollado dos teorías (hoy estoy muy teórica): una, que Coco es una de esas elitistas que cree que los cantantes de teatro están por encima de nosotros, pobre plebe, y que ese tipo de concursos son sólo para gentuza que quiere acabar comentando en AR. Si es así, no se qué hace ella ahí de jurado, y además creo que Iván tiene el mismo derecho a buscar lo que quiere y ganarse las habichuelas cuando la fiebre de los musicales se nos pase. La segunda teoría es que no le quedaba otro remedio que hacerse la rancia y que nadie pensase que había favoritisimo por ser su ex-alumno. Es igual, de cualquier manera, ésta debe ser la edición de los conocidos porque Anabel y Sandra trabajaban juntas antes de entrar (lo supimos la semana pasada) y Ángel y Pablo se conocieron en un hotel donde tocaba este último.
- El puntazo: Como no sabría quedarme con ninguno (no lo hubo, de hecho) os dejo con la canción para la Expo de Zaragoza, que no es que sea un megahit pero es una tradición que no puede faltar en cualquier edición de OT que se precie.