Me he levantado esta mañana con la sobrecogedora noticia de la muerte del actor Heath Ledger, todo un ídolo de quinceañeras en su buena época y de los gays en la posterior.

Poco tengo que añadir a las informaciones que han salido: que si se encontró bocabajo en el suelo de su apartamento con un frasco de somníferos al lado, que si en realidad estaba en el apartamento de Mary-Kate Olsen, que si era drogadicto, etc. No se si con el tiempo sabremos algún día la verdad, si era adicto a los somníferos o era otro drogadicto famoso más.

Otra cuestión es el bombazo en taquilla que será la nueva película de Batman, en la que Heath hace de Joker, ya que es su única película postuma.

Lo peor de todo es lo que deja atrás: una hija de dos años, Matilda, con su ex-pareja Michelle Williams, conocida por todos como Jen Lindley de Dawson Crece. Me resulta indiferente tanto si ha sido un suicidio como si ha sido una sobredosis... lo importante de este caso es que para Heath todo lo que tenía no era suficiente: la fama, dinero, una hija, admiradores, etc.

Ojalá me equivoque, pero preveo que el futuro de Britney Spears está muy cercano al de Heath Ledger.

Yo he tenido que leer la noticia en uno de esos periódicos gratuitos que tanto a mis compañeros de clase como a mis profesores les parecen sacados de las propias garras de Satán. Pues mira tú por dónde que esta vez han servido de algo (claro, que a ellos, como a AR esta noticia les parecerá insustancial total).

En fin, que he tenido que contrastar lo que leía en el Qué con el Adn (es lo bueno, de los gratuitos siempre hay varios, y puedes comparar -y hacer varios sudokus-).

Una vez procesada la noticia he tenido que revisar la información, porque sabía que el muerto salía en esa peli que no he visto, Brokeback Mountain, pero no sabía si era el marido de Jen, o el otro. Ya sabéis que yo confundo realidad y ficción y encima omito la información irrelevante. Si tienes una hija con la de Dawson, me eres ligeramente familar, si no, eres el otro. Se siente.

Pues no, no era el otro sino el de Jen. Así que entonces he decidido que la noticia me tenía que conmocionar y así ha sido. Pero la pena se me ha pasado pronto: decían que fue encontrado en casa de Mary-Kate Olsen (aunque a estas horas ya casi todo el mundo lo desmiente, pero qué más da), así que, irremediablemente, mi mente se ha ido por otros caminos y he pasado todo el camino a la academia (no en vano, seguimos en exámenes) pensando en cómo la Michelle Tanner (o al menos la mitad de ésta) de Padres Forzosos ha acabado drogadicta, anoréxica y a la vez diosa del estilo para muchas. Pero claro, luego he recordado las imágenes imborrables de mis recuerdos de Bob Saget en El Séquito... (ojo, no he encontrado las buenas buenas, cuando se lo encuentran en un prostíbulo).

Así que ya veis, que a mí también me da pena por Jen y por la hija de ambos, pero al final siempre acabo con mis cosas.