Por muy listos que fueran los de la serie El Comisario, o por más que ellos mismos se lo creyeran, en realidad, no engañaron a nadie con la muerte de Pope.
Mi madre, que como dice mi hermano es experta en series policíacas porque las ve todas, sin haber visto siquiera el capítulo porque ese día no estaba en casa y para cuando se lo bajé ya era el capítulo siguiente, sabía todo el tiempo que no estaba muerto. Es más, supo que era él cuando vio una sombra en la ventana (quien vea la serie sabrá de qué escena hablamos porque yo ni siquiera estaba en el país) (qué chulo me ha quedado eso).
Y no es que mi madre sea diferente al resto del mundo, no, porque numerosas visitas llegadas a este blog lo han hecho buscando todo tipo de frases intentando descubrir si Pope había muerto o no, y muchos de ellos en sus propias búsquedas aseguraban que no, que no estaba muerto.
Así que lo de que Pope no muere ha sido un secreto a voces todo este tiempo...
Da que pensar, porque si yo fuese guionista de la serie (en realidad, de ésta o de cualquier otra con tirón entre el público) aprovecharía lo que es internet y la información (anónima, que conste) sobre búsquedas para crear situaciones de interés, por ejemplo, en este caso, aprovechando que todo el mundo no se creía que Pope había muerto para crear campañas de publicidad creando expectación en plan "Y si crees que Pope no ha muerto, qué oculta entonces el Comisario?" o cosas así, tipo lo que hace el equipo de Perdidos que a veces incluso cambian los guiones de la serie por lo que leen en internet. Lo cual me hace creer que, ya que copiamos a los Estados Unidos en todo (aunque graben en Hawai sigue siendo un estado americano), tal vez pronto esta fórmula se repita aquí y se consiga un vínculo entre espectadores y producción que mejorará la calidad de las series españolas. O sólo quizá, porque con nosotros nunca se sabe.